The country school of tomorrow
“En nuestro sueño tenemos recursos ilimitados, y las personas se entregan con perfecta docilidad a nuestra mano moldeadora. Las convenciones educativas actuales se desvanecen de nuestras mentes; y, sin trabas por la tradición, obramos nuestra propia buena voluntad sobre una gente agradecida y receptiva. No intentaremos convertir a estas personas o a cualquiera de sus hijos en filósofos u hombres de ciencia o de saber. No debemos suscitar de entre ellos autores, oradores, poetas o hombres de letras. No buscaremos embriones de grandes artistas, pintores, músicos. Tampoco albergaremos la más humilde ambición de suscitar de entre ellos abogados, médicos, predicadores, políticos, estadistas, de los que ahora disponemos en abundancia.”
En 1903, John D. Rockefeller fundó la Junta de Educación General, que proporcionó importantes fondos para las escuelas de todo el país y fue especialmente activa en la promoción del movimiento de escuelas públicas controladas por el Estado.
La Junta de Educación General no estaba interesada en fomentar el pensamiento crítico. Más bien, su enfoque estaba en organizar a los niños y crear ciudadanos confiables, predecibles y obedientes. Como dice el galardonado ex maestro John Taylor Gatto, “la escuela fue vista desde la primera parte del siglo XX como una rama de la industria y una herramienta de gobierno”. Los Rockefeller, junto con otra élite financiera y sus organizaciones filantrópicas (como Gates, Carnegie y Vanderbilt) han sido capaces de moldear la sociedad financiando y promoviendo la educación pública obligatoria para las masas.