“Aproximadamente en una generación más, existirá un método farmacológico para hacer que la gente ame su esclavitud produciendo, por así decir, una dictadura sin lágrimas, una especie de campo de concentración indoloro para sociedades enteras, de manera que de hecho se habrán arrebatado sus libertades a la gente, pero a ellos más bien les estará gustando porque habrán sido desviados de cualquier deseo de rebelión por medio de la propaganda o del lavado de cerebro, o mediante un lavado de cerebro potenciado con métodos farmacológicos. Y esto parece ser la revolución final”.
Aldous Huxley, Grupo Tavistock, Facultad de Medicina de California, 1961 Aldous Huxley, famoso ensayista y novelista residente durante el semestre de primavera en la universidad en calidad de profesor de investigación Ford, ha regresado recientemente de una conferencia en el Instituto para el estudio de las Instituciones Democráticas en Santa Barbara, donde la discusión se enfocó en el desarrollo de nuevas técnicas mediante las que controlar y dirigir el comportamiento humano. Tradicionalmente la supresión de la libertad individual ha sido posible mediante la aplicación de la coerción física, a través del atractivo que ejercían las ideologías, a través de manipular el entorno social y físico del hombre, y, más recientemente, a través de las técnicas, las más rudimentarias técnicas de condicionamiento psicológico.
La Revolución Definitiva sobre la que nos disertará hoy el sr. Huxley se refiere al desarrollo de nuevas formas de control del comportamiento que funcionan directamente sobre el organismos psico-fisiológico del hombre. Se trata de reemplazar la represión externa por las adicciones internas. Como sabrán todos los que estén familiarizados con las obras del sr. Huxley, se trata de un tema que ha venido preocupándole desde hace tiempo. El sr. Huxley hará una disertación de aproximadamente media hora, seguida de breves discusiones y preguntas de los dos participantes sentados a mi izquierda, la Srta. Lillian [inaudible] y el Sr. John Post.